Abstract
Las enfermeras son puestas a prueba todo el tiempo. A menudo, carecen de un espacio determinado o el mismo está ocupado por otros colegas del área de la salud, y sin respetar muchos límites, ellas tienen que imponerse en todo momento, no de una forma abierta, sino de un modo sutil, actuando de manera inteligente para enfrentar el perverso sistema establecido. Esto, sin embargo sólo ocurre en el caso de que no sean alienadas por el sistema que las vuelve incapaces y las imposibilita para atender a los pacientes y administrar el cuidado.